Defender los derechos palestinos y condenar el genocidio NO ES ANTISEMITISMO

 

La Red Internacional Judía Antisionista, una vez más, DECLARA:

1)      1) Denunciar y condenar las masacres y políticas genocidas llevadas a cabo por el ejército israelí contra el pueblo palestino en su totalidad, y en especial contra los residentes de la franja de Gaza, NO CONSTITUYE ANTISEMITISMO.

2)      2) Apoyar la lucha del pueblo palestino para lograr su liberación del yugo sionista, apelando al derecho de todo pueblo a la autodefensa ante políticas y acciones genocidas como las mencionadas en (1), NO CONSTITUYE ANTISEMITISMO.

3)      3) Promulgar los derechos humanos básicos del pueblo palestino, como el derecho a la libertad, la seguridad, el acceso al agua, alimentos, medicamentos, electricidad y otros recursos básicos, NO CONSTITUYE ANTISEMITISMO.

4)      4) Repudiar al sionismo, ideología política surgida a fines del siglo XIX, época del auge del racismo y el colonialismo europeo, que siempre buscó, desde sus inicios, el exterminio y la limpieza étnica del pueblo palestino para fundar en su tierra, la Palestina histórica, un estado supremacista judío, NO CONSTITUYE ANTISEMITISMO.

El “Antisemitismo”, concepto acuñado por el periodista alemán Wilhelm Marr en 1879 para expresar una ideología de rechazo a la presencia judía en Alemania a fines del siglo XIX, es una forma de racismo proyectada hacia los judíos, en quienes ve una raza extranjera y digna de sospecha, la “raza semita” (sic), y debe ser combatido, de la misma manera que es necesario combatir todas las formas de racismo, como la negrofobia, la islamofobia, la gitanofobia y la palestinofobia, entre otras.

El antisemitismo puede tomar diversas formas, por ejemplo:

I)                    Atribuir a los judíos, como colectivo, una agenda secreta de dominar al mundo y someter o corromper a los cristianos (P.Ej. “Los Protocolos de los Sabios de Sión”).

II)                  Atribuir a los judíos, como colectivo, características peyorativas, como por ejemplo la avaricia.

III)                 Promulgar la doctrina de que los judíos deben abandonar su tierra natal, cuestionando su pertenencia al pueblo o nación en la que nacieron y crecieron (Por ejemplo, la doctrina sionista, que promueve la emigración de los judíos de todos los países del mundo a Palestina).

IV)                Asociar con la identidad o historia judías políticas genocidas derivadas de una ideología racista (por ejemplo, atribuir a libros sagrados del judaísmo las políticas genocidas aplicadas por los gobiernos israelíes contra el pueblo palestino y contra otros pueblos árabes. Un caso claro de esto es la cita hecha por el Primer Ministro israelí Netanyahu del versículo bíblico de “Amalek” (cf. 1 Sam 15), en referencia (y sugiriendo) analogía con la operación militar genocida en Gaza, insinuando que estos crímenes de guerra (al momento ya hay cerca de 14.000 civiles palestinos – entre ellos casi 6.000 niños - asesinados, decenas de miles de heridos y más de un millón y medio de desplazados por los bombardeos israelíes en escuelas, hospitales, edificios de departamentos y otra infraestructura civil en Gaza en forma ininterrumpida durante 45 días) estuviesen inspirados en alguna fuente judía y no en cálculos ideológicos y políticos).

 En función de lo expuesto, exhortamos a detener la persecución fraudulenta contra defensores del pueblo palestino usando alegatos de “antisemitismo”, cuyo objetivo evidente es silenciar la natural oposición popular al genocidio que perpetra el ejército israelí contra la población civil palestina en Gaza y Cisjordania. 

Exhortamos a nuestras autoridades a velar por el derecho a la libre expresión de ideas, aún si estas son contrarias a la impunidad del terrorismo de Estado ejercido por el Estado de Israel a lo largo de toda su historia.