ISRAEL-PALESTINA: Rabinos contra colonos
Por Mel Frykberg
AWARTA, Palestina, oct (IPS) - Lejos de los focos de los medios de comunicación, un grupo de humanistas israelíes trabajan silenciosamente para derribar las barreras que los separan de sus vecinos palestinos.
El clérigo judío Arik Ascherman, director de la organización israelí Rabinos por los Derechos Humanos, fue usado como escudo humano, arrestado y golpeado varias veces por las fuerzas israelíes mientras defendía a los palestinos.
También fue apedreado por los palestinos que lo confundieron con un colono.
Cada año, durante la temporada de cosecha de aceitunas en los meses de otoño, los agricultores palestinos son víctimas de una escalada de violencia por parte de algunos de los medio millón de colonos israelíes que viven en asentamientos ilegales por toda Cisjordania, que incluye a Jerusalén oriental.
Buena parte de la tierra de los cultivadores palestinos ha sido expropiada por las autoridades israelíes para ampliar los asentamientos y establecer nuevos.
El gobierno israelí acaba de poner los fundamentos de 12 nuevas colonias, mientras continúan las obras en otras 34.
Las áreas aledañas a los asentamientos han sido declaradas zonas militares, y están cercadas por las fuerzas armadas israelíes.
Grupos de colonos vigilantes, a menudo protegidos por soldados israelíes, han incendiado tramos de tierras agrícolas palestinas, talado árboles, golpeado a cultivadores y matado a parte de sus animales.
Partidarios israelíes e internacionales de los agricultores palestinos fueron arrestados por soldados del Estado judío por presuntamente infringir las zonas militares cerradas, y también fueron atacados por los colonos.
La violencia de los colonos es en represalia por cada uno de sus pequeños puestos de avanzada que son evacuados por las fuerzas israelíes.
Ascherman y Rabinos por los Derechos Humanos han estado en la primera línea de la lucha por la justicia para las comunidades vulnerables, tanto dentro de Israel como en los territorios palestinos ocupados.
Cada año, durante la temporada de aceitunas, Ascherman lidera un grupo de estudiantes rabínicos, así como voluntarios israelíes y de otras nacionalidades, que acompañan a los agricultores palestinos mientras intentan cosechar sus productos. IPS se les unió en esta tarea en las norteñas aldeas cisjordanas de Awarta y Jit.
La israelí Hellela Siew, de 65 años, que ahora reside en Gran Bretaña, viaja cada año a Israel para participar en la cosecha de aceitunas.
Durante una cosecha anterior tuvo que ser llevada al hospital luego de que un guardia de seguridad israelí de uno de los asentamientos cercanos la golpeó en la cabeza con una barra de hierro. En otra ocasión, los colonos le arrojaron --a ella y también a otros voluntarios-- piedras y excrementos humanos, mientras disparaban al aire.
"Soy israelí, Israel es mi país y no me gusta lo que la ocupación está haciendo en mi nombre. Vine aquí porque esto es lo que debo hacer. No les temo a los palestinos, les temo a los colonos. De hecho me siento más cómoda con los palestinos que con muchos israelíes", dijo Siew a IPS.
La alemana Suzanne Moses, de 80 años, huyó de los nazis siendo niña, luego de que su madre pereció en el campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia. Tras pasar años como refugiada en varios países, siendo joven se asentó en Israel.
Moses trabaja como voluntaria en los olivares desde hace años. Pasa horas extenuantes bajo el sol abrasador recogiendo aceitunas. "(Lo hago) porque me encantan las aceitunas", bromea.
"Hablando en serio, estoy en contra de la ocupación. No me gustan los colonos y realmente me preocupa mucho la guerra civil en el futuro. Los colonos están armados, y aunque haya un gobierno israelí dispuesto a evacuar los asentamientos, los colonos no se irán sin luchar", dijo Moses a IPS.
El israelí Shy Halatzi, de 23 años, estudia física y astronomía en la Universidad de Tel Aviv. Antes realizó el servicio militar. Éste fue su tercer viaje a Cisjordania para recoger aceitunas.
"Nunca había estado en Cisjordania antes, aparte de visitar el mar Muerto. Al principio estaba un poco aprensivo en torno a las condiciones de seguridad. Pero quise comprender mejor a los palestinos y ver su perspectiva. Los israelíes no comprenden realmente lo que está ocurriendo aquí a partir de nuestros medios de comunicación", dijo a IPS.
"Si se escribiera contra cada violación (a los derechos) de los palestinos, se podría publicar un libro. Siento que mi presencia aquí es una pequeña compensación por lo que están haciendo mis compatriotas", añadió.
Entre los voluntarios hay algunos israelíes jóvenes que se autodefinen como objetores de conciencia, negándose a realizar el servicio militar obligatorio y preparándose para ir a prisión por esto.
Pero pese a la dedicación y el compromiso de estos voluntarios, los asentamientos continúan creciendo, y los colonos implementando su propia ley.
IPS preguntó a Ascherman si pensaba que su organización logró alguna diferencia. "Hoy, a veces, los palestinos pueden acceder a algunas de sus tierras. Hace 10 años esto era casi imposible. Las fuerzas armadas israelíes también los protegen más de los colonos que antes", respondió.
"Yo también he notado un cambio en algunos miembros del Partido Laborista israelí en los kibutzim (comunas agrícolas), que antes eran cultivadores. Pese a su política pueden tomar contacto con la lucha de los cultivadores palestinos", dijo Ascherman a IPS.
"Creo firmemente que estamos ayudando a derribar estereotipos y a construir el diálogo. Hace varios años quedé anonadado al enterarme de que uno de los muchachos palestinos con los que estaba trabajando perteneció a la Guardia Presidencial de Yasser Arafat, algunos de cuyos miembros llevaron a cabo serios ataques contra israelíes", relató.
"Él quedó igualmente anonadado de saber que yo era un rabino israelí. No soy tan ingenuo como para creer que en el futuro él no considerará la violencia. Sin embargo, pienso que puede tener una nueva perspectiva si llega a verse en esa encrucijada", dijo Ascherman.(FIN/2009)