A poco más de diez días sucedieron dos hechos, casi consecutivamente, que consideramos desde la Red Internacional Judía Antisionista (IJAN, por sus siglas en Inglés), de profunda relevancia y merecedores de análisis. Por un lado, la insurrección e intento de golpe de Estado en el capitolio de los Estados Unidos por individuos de tendencias políticas profundamente judeófobas, llevando consigo lemas como 6MWNE (acrónimo de "six million was not enough", “seis millones no fueron suficientes” en inglés, un lema neonazi de quienes se burlan del genocidio judío perpetrado por los nazis en Europa durante la Segunda Guerra Mundial), y "Camp Auschwitz". Por el otro lado, el vergonzoso descargo del diputado Ansaloni, electo de la coalición Juntos por El Cambio en Argentina, en una reunión dónde declaraba: "Estamos más unidos que nunca, nadie nos romperá a nosotros. Porque por ahí son como los judíos, que no tienen patria y no saben dónde están o a quién representan". Para algunes el único hilo conductor podrá ser la judeofobia de dos sectores de derecha. Sin embargo, hay dos hilos conductores íntimamente relacionados con el primero y también entre sí, que son el apoyo ideológico acérrimo al sionismo y el silenciamiento del activismo palestino y de grupos solidarios con la causa palestina.
En primer lugar, debemos denunciar que estos mismos individuos, estos mismos grupos que marchan bajo consignas neonazis, o que niegan que les judíes pertenezcamos a los países a los que pertenecemos y que cuestionan nuestra lealtad sólo por ser judíes son quienes afirmaban que la única forma de apoyar a la comunidad judía era imponiendo la fraudulenta definición de antisemitismo de la Alianza para la Rememoración del Holocausto (IHRA, por sus siglas en Inglés)1. En Argentina, son ellos quienes tildaron de antisemitas al Frente de Izquierda Unidad y a todes quienes criticaban la instrumentalización de la lucha contra la judeofobia para silenciar las críticas al Estado de Israel. En Estados Unidos, realizaron numerosas campañas de difamación contra la representante somalí-estadunidense Ilhan Omar y contra la representante palestina-estadunidense Rashida Tlaib, por ser críticas del lobby pro-israelí en EE.UU y denunciar duramente el accionar del Estado de Israel.
Debemos asimismo señalar que esto no
es accidental: el sionismo basa en parte su razón de existir en la idea de que
les judíes no pueden estar segures en ningún lugar excepto en su criatura de
apartheid, el Estado de Israel, el cual es supuestamente el estado-nación
exclusivo de les judíes. La derecha, histórica, esencial e ideológicamente
racista y xenófoba, por supuesto que considera, sea en forma íntima o más
explícitamente, como lo manifiestan Ansaloni y los sicofantes adoradores de
Trump, a les judíes como extranjeres en sus países de origen. Es así como, en
una aparentemente paradójica confluencia de intereses, tanto la derecha xenófoba
como los grupos de lobby sionistas (con miembros tanto judíos como no judíos),
han trabajado codo a codo, a lo largo de las décadas, para discriminar a les
judíes sugiriendo su condición de apátridas excepto en el “estado judío” y, en
particular, para separar a judíes trabajadores de quienes han sido histórica e ideológicamente
sus aliades: los grupos anti racistas, de la izquierda revolucionaria y del
progresismo.
Lo que buscamos expresar aquí es no sólo que el grito de la derecha acusando de "antisemitismo" a la izquierda y a los grupos que se solidarizan con la causa palestina es falaz, hipócrita y deshonesto, sino además que, al contrario de lo que estos sectores nos intentan hacer creer, las luchas contra la judeofobia y el sionismo no son antagónicas, sino complementarias. Es más: la lucha contra la primera requiere necesariamente de la lucha contra lo segundo.
IJAN Argentina
Notas:
1. 1. Ver https://judiosantisionistasargentina.blogspot.com/2020/09/posicion-de-ijan-respecto-la-nueva.html
.