Por David Comedi (En Nuestro Nombre No - Tucumán)
En respuesta a su artículo: "Retrato del antisemita actual" (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1099248 )
Estimado Dr. Kovadloff:
Quiero felicitarlo por los primeros dos párrafos de su artículo, donde aclara sobre la diferencia entre antisemitismo y criticismo hacia políticas del Estado de Israel.
Creo sin embargo que se equivoca en el resto de su análisis, porque Ud. ignora en él dos hechos fundamentales:
A) Que los dirigentes de la colectividad judía argentina se han encolumnado invariablemente en apoyo incondicional a las políticas del Estado de Israel durante las últimas décadas y, en particular, también durante la reciente invasión y ataque por parte del ejército israelí a Gaza, donde fueron masacrados cientos de civiles palestinos,.
B) Que el resto de los miembros de esa colectividad, la gran mayoría, salvo honrosas excepciones[1], ha dado también su apoyo incondicional al Estado de Israel, simplemente por haberse quedado callada ante la declaración de sus propios dirigentes.
Siendo así, estará Ud. de acuerdo que es bastante natural que cualquier persona indignada con la masacre de civiles palestinos en Gaza o de libaneses en el Líbano por parte del ejército israelí tienda a pensar que dirigentes y miembros de la colectividad judía son una mera extensión del Gobierno del Estado de Israel, como Ud. mismo denuncia en su artículo.
A esto, Dr. Kovadloff, hay que sumarle los efectos del discurso sionista preponderante tanto en la retórica de la Hasbará (propaganda) israelí, como en las diversas manifestaciones de los dirigentes de la comunidad judía argentina. Déjeme explicarle: según ese discurso, el Estado de Israel sería “la patria de los judíos”. Y esto va más allá: el Estado de Israel usa un talit[2] como bandera, donde incluye un maguén (escudo) David[3], y utiliza una menorá[4] como símbolo nacional. Comprenderá Ud., si utiliza una lógica simple, que todo esto, sumado a la criminalidad del Estado de Israel contra los palestinos y libaneses de las últimas décadas, no hacen más que incitar la asociación automática de los judíos con Israel y una consecuente judeofobia.
Me resulta muy extraño que Ud., que dice analizar los casos recientes de judeofobia en la Argentina, haya ignorado estos puntos fundamentales. ¿Fueron deliberadamente ignorados, Dr. Kovadloff? ¿Acaso los considera sin importancia? ¿O ha optado, Ud. también, por posicionarse del lado del Estado de Israel? Por ejemplo ¿no se encuentra su acusación de antisemitismo hacia el presidente de Irán, que Ud. menciona al paso como un sobreentendido, en absoluta adhesión al discurso del Estado de Israel, que como todos sabemos compite con Irán por la hegemonía estratégica en el Medio Oriente?
Para finalizar, cito una frase suya al final de su artículo, donde Ud. manifiesta preocupación por “los atentados contra las comunidades judías concebidas como cuerpos extraños a las sociedades que integran podrían multiplicarse en un futuro próximo, estimulados por el curso que ha tomado el conflicto de Medio Oriente”. Sr. Kovadloff: si realmente está preocupado por eso, debería unirse a nuestras voces, voces de hijos de la colectividad judía argentina, que claman por lo siguiente:
1) Que Israel renuncie al discurso sionista, o sea, que declare ante el mundo que no representa la patria de los judíos, que derogue la Ley del Retorno para los judíos, y que elimine los símbolos del judaísmo de sus banderas y armas,
2) Que los dirigentes de las comunidades judías locales, al igual como lo hicieron los de la comunidad judía iraní, también renuncien al discurso sionista, o sea, que declaren que el Estado de Israel no es la patria de los judíos, y que por tanto no los representa.
Si esto, por falta de consenso o cualquier otro motivo, no pudiese ocurrir, entonces:
3) Que el Estado de Israel se retracte ante la Humanidad por los crímenes realizados contra los palestinos, y que pague por ellos, como se ha exigido de Alemania hacia los judíos víctimas de los crímenes nazis. Es decir: que el Estado de Israel garantice la total indemnización y el derecho del retorno de esos palestinos a sus tierras y hogares en la Palestina histórica.
Creemos firmemente que, sin estos pasos previos, será muy difícil que la educación local contra la judeofobia que Ud. propone pueda rendir frutos verdaderos.
Atentamente,
Dr. David Comedi
[1] En nuestro nombre no (http://ennuestronombreno.blogspot.com ) y Laura Ginsberg (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-119220-2009-01-30.html )
[2] Paño blanco y azul usado en rituales religiosos judíos
[3] A veces traducido incorrectamente como “estrella de David”
[4] Candelabro de 7 brazos usado en festividades religiosas judías
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