Sr. Dr. Eduardo Luis Duhalde:
Resulta un escarnio que exista en este mismo momento alguien que lleva siete meses preso… por sus ideas.
Es inadmisible. Y es lo que realmente sucede en este caso, una vez despejada la hojarasca procedimental y judicial sobre armas en sede política, material incautado, etcétera.
Me imagino que usted sabe a quién me refiero. Roberto Martino, en prisión por antisionista.
La prisión por ideas condena a cualquier régimen que la ejerza. Lo haga valido de una práctica brutal y despótica o valido de corpus legales como los que ha blandido el INADI para convertir la crítica (radical, claro) al sionismo en delito.
Delito de opinión. Otra forma de expresar lo mismo, igualmente inadmisible.
¿Cómo se entiende tanta demora en “administrar justicia”?
Es ininteligible, al menos para mi magín, salvo, claro que existan algunos deux ex machina que pesen en las decisiones políticas, judiciales, institucionales.
Algo que, a su vez, también sería inadmisible.
¿Qué nos queda?
¿Qué le queda a usted, guardián del cumplimiento de los derechos humanos en este territorio cuando existe tamaña violación?
Roberto Martino lleva más de tres semanas de huelga de hambre. No se la puede considerar extorsiva puesto que ha aguardado más de medio año cumpliendo una prisión a todas luces abusiva.
¿Se pretende usar el encarcelamiento (y eventualmente la muerte) para restringir la crítica al racista régimen israelí? Que es peor que el apartheid sudafricano porque los sionistas están empeñados en la desaparición de los oriundos en tanto que los colonialistas británicos y boers “sólo” querían mantenerlos por debajo suyo.
Espero haber podido usar su tiempo.
Luis E. Sabini Fernández
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