Nos honra e inspira el compromiso y el sacrificio de la gente a bordo de estos buques. Uno de ellos fue recientemente rebautizado “Rachel Corrie” en homenaje a la militante muerta por un bulldozer israelí intentando obstruir la demolición de una casa palestina en Rafeh hace siete años. Este barco nos recuerda a todos que la valentía y la perseverancia de estos buques navegando hacia Gaza siguen una tradición de participación cívica total y compromiso ético que hace eco y responde a la perseverancia y el coraje de un siglo de la resistencia palestina a la limpieza étnica y el colonialismo.
Este ataque a los buques que transportaban 10.000 toneladas de ayuda humanitaria, entre ellos suministros educativos, médicos y materiales de construcción, es piratería internacional en alta mar. Hacemos un llamamiento a todos los gobiernos para poner fin a la impunidad de Israel, hacer cumplir el derecho internacional y pedir cuentas a Israel por sus violaciones recurrentes. Además, este acto de piratería se llevó a cabo en pos de mantener un sitio a Gaza impuesto por Israel con la completa participación egipcia y el apoyo de EEUU, que es en sí mismo un crimen de lesa humanidad.
Este bloqueo criminal está profundizando una terrible crisis humanitaria con desempleo masivo, pobreza extrema y la inseguridad alimentaria que afectan a más de un millón y medio de personas, la mayoría de los cuales son refugiados de la limpieza étnica de Palestina en 1948, que ahora están encerrados en el campo de concentración más grande del mundo. A los palestinos en Gaza se les impide reconstruir sus casas destruidas por Israel en la masacre de 2009, y también la importación de cosas tales como juguetes y chocolate, como castigo por haber elegido democráticamente un gobierno que se negó a colaborar con la ocupación.
Como potencia ocupante, Israel debería ser considerado responsable de sus flagrantes violaciones de los derechos humanos de los palestinos en Gaza. Todos los estados tienen la obligación de hacer todo lo posible para hacer cumplir el derecho internacional y castigar a sus violadores, recurrente en cifras brutales, como se detalla en el informe Goldstone, así como comunicados por muchas organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales.
Como las autoridades israelíes emiten informes contradictorios sobre el número de víctimas durante la redada, hacemos un llamamiento a Israel para que permita de inmediato el acceso internacional e independiente a los heridos y los cuerpos de los mártires, la liberación de los secuestrados y la navegación de los buques hasta Gaza sin ser molestados.
Llamamos la atención al hecho de que los medios de comunicación suelen presentar un retrato islamofóbico de este emprendimiento civil como si fuera un conflicto entre Israel y el Islam. Se trata de un conflicto entre Israel y un movimiento de solidaridad mundial diverso y unido que incluye personas de todas las religiones que se han plantado juntas pacíficamente frente a la represión violenta. Había 750 personas de conciencia de 40 países diferentes, incluyendo 35 dirigentes políticos, a bordo de esos buques.
Hacemos un llamamiento a los Estados cuyos buques fueron atacados, y en especial a Turquía, para reaccionar en una forma que lleve en cuenta la gravedad de las acciones de Israel, yendo más allá de las condenas verbales dispensadas en la ocasión de atentados anteriores. A pesar de la retórica recalentada, el comercio entre Israel y Turquía creció 27% en el primer trimestre de 2010. Hacemos un llamamiento a Turquía a romper las relaciones diplomáticas, suspender todos los acuerdos comerciales y cortar totalmente los vínculos militares con el estado de apartheid de Israel.
Hacemos un llamamiento a Suiza a convocar, como es su obligación, las Altas Partes Contratantes de
Lo más importante, hacemos un llamamiento a la sociedad civil en todas partes, y a nosotros mismos, a redoblar nuestros esfuerzos para romper el asedio de Gaza, intensificando nuestras campañas de BDS, en solidaridad con la resistencia palestina, la imputación a Israel como responsable de sus transgresiones recurrentes, y el fin de la ocupación, la colonización y el apartheid en Palestina.
También llamamos a los judíos a reconocer en este ataque violento y mortal una muestra de un patrón mayor e inconfundible de violencia descontrolada, represión punitiva y crueldad gratuita, de auto-aislamiento y odio que revela la dirección histórica del sionismo. Coaccionado por las mismas consecuencias inevitables de su lógica colonial, el sionismo no es un renacimiento de la vida judía, sino una profecía certera de autodestrucción. Mientras los funcionarios israelíes dan más valor hoy a evitar que los discapacitados de Gaza puedan tener sillas de ruedas que al bienestar de sus propios ciudadanos, les instamos a ver que no hay futuro para el sionismo a no ser su progresivo descenso en la cada vez más insensata brutalidad y violencia.
Dios bendiga a estos judios que son los que llevan la verdadera bandera del judaismo
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