Por qué el antisionismo no es antisemitismo

Por qué el antisionismo no es antisemitismo

Hajo G. Meyer
Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens



1. La complejidad del tema

El 10 de junio hubo una manifestación contra la ocupación frente a la casa del jefe de estado mayor [israelí] Dan Halutz. Uno de los manifestantes era Dana Olmert, hija del primer ministro de Israel que llevaba un letrero: “Dejen de asesinar civiles.” Ese hecho que verdaderamente valía una noticia no fue mencionado en los periódicos alemanes u holandeses, lo que llevó a Muslim Markt en Alemania a escribir las palabras realmente hegelianas: “Hasta qué punto hay que ser ANTISEMITA para suprimir por todos los medios posibles informaciones sobre las acciones honestas de judíos valerosos, que arriesgan sus vidas.” Una frase en la que hay que pensar; resume en pocas palabras nuestro tema.

2. Lógica e historia

La simple suposición de que el antisionismo pueda ser igual a antisemitismo es una imposibilidad lógica porque los sionistas más extremos y fanáticos son cristianos, unidos en los “sionistas cristianos” cuyo líder, el pastor, John Hagee, afirma que son 50 millones. (1). La historia ha mostrado –por ejemplo en el singular y excepcional acuerdo Ha’avara que los nazis alemanes podían ser muy pro sionistas. Además, la idea de que todos los judíos, por lo menos los de los países alemanes, deberían ir a Palestina y construir su propio país fue presentada por uno de los más fanáticos antisemitas jamás habidos, el escritor alemán Wilhelm Marr. Lo hizo 17 años antes de Herzl en su folleto Vom jüdischen Kriegsschauplatz publicado en1879. Fue él quien inventó e introdujo la palabra antisemitismo y por lo tanto consolidó el cambio del antiguo antijudaísmo, basado sobre todo en motivos teológicos, al más virulento antisemitismo que pretendía basarse en diferencias raciales.

3. Historia y el significado de las palabras

1. Antisemitismo: en breve, el odio hacia los judíos porque son judíos, fue la causa directa del Holocausto. Por ello esta palabra está inseparablemente ligada y contaminada por el veneno de Auschwitz. Es el motivo por el cual el antisemitismo, que es un caso especial de xenofobia, está prohibido en la mayoría de los países occidentales y bajo sanciones mucho más estrictas que cualquier otra forma de xenofobia.

Debido a la contaminación con el veneno de Auschwitz, la acusación hacia una persona de estar motivada por sentimientos de antisemitismo está igualmente envenenada y puede amenazar la existencia de esa persona. Por lo tanto, a menos que se pueda presentar más evidencia que la simple crítica de la política de Israel, cualquier uso injustificado de esa acusación debería ser sancionado. Las sanciones deberían ser por lo menos tan estrictas como aquellas contra cualquier declaración cuya motivación antisemita pueda ser probada. Por lo tanto, la identificación de una simple crítica de la política de Israel con la acusación de ser motivado por el antisemitismo debería ser prohibida por la ley.

2. Antijudaísmo, que en 1879 recibió un nuevo nombre por el antes mencionado Wilhelm Marr y que ha sido llamado desde entonces antisemitismo, existe desde hace más de mil años para indicar el odio hacia los judíos, un grupo que durante ese período no tuvo ningún poder político. El que ese poder político fue realmente nulo, fue demostrado durante el Holocausto. Por lo tanto, utilizar esa palabra en un mundo en el que judíos tienen considerable poder político y ciertamente bastante poder militar es, desde el punto de vista del uso de palabras bien definidas, por lo menos dudoso.




(1) Jerusalem Post 17 de marzo de 2007, Editorial , Christians for Israel

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Hajo G. Meyer sobrevivió, aunque es judío con cuatro abuelos judíos, 12 años de dominación nazi, de los cuales 10 meses en Auschwitz. Conoce por lo tanto el tema, por su propia experiencia así como por sus estudios: escribió tres libros sobre antisemitismo, judaísmo, sionismo, el Holocausto e Israel.