IJAN International Jewish Anti-Zionist Network (Red Judía Antisionista Internacional)

miércoles, 27 de abril de 2016

IJAN DENUNCIA: Declaración por los ataques de Bruselas

De la página de la Red Internacional Judía Antisionista (IJAN), Abril 2016.

Traducido por J.M. para Rebelion.org
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211620&titular=declaraci%F3n-por-los-ataques-de-bruselas-

A raíz de los últimos bombardeos en Bruselas los ataques contra los árabes y musulmanes han aumentado de nuevo en Europa y en los Estados Unidos. La mezquita más grande de Madrid fue uno de los primeros en sufrirlos. Los perfiles raciales en los aeropuertos, estaciones de tren y otros lugares públicos continúan intensificándose.

Nuestros corazones están con las víctimas de los ataques. Compartimos el dolor por esas pérdidas y por la violencia extrema. Así se expresó poco después de los ataques la jefa de la política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, "es también un día muy triste para Europa, ya que Europa y su capital están sufriendo el mismo dolor que esa región ha conocido y conoce todos los días, así sea en Siria o en otros lugares". Luego añadió,"es evidente que las raíces del dolor que estamos sufriendo en nuestra región son muy parecidas". Nos gustaría ir más lejos, y localizar las raíces de los ataques y de la inmensa violencia que satura el mundo árabe por la política exterior histórica y actual de Estados Unidos y Europa. Tampoco, para el caso, es el dolor de la violencia cotidiana nuevo para muchas comunidades en los EE.UU., Europa y otros lugares.

También deploramos el uso cínico de sus muertes para acelerar aún más los ataques y la represión de los musulmanes y los árabes tanto en el país como en el extranjero. Un aspecto fundamental de esto es cómo Israel, Estados Unidos y Europa hacen falsos vínculos entre los ataques en Bruselas y la resistencia de los palestinos a la ocupación y la colonización. El objetivo es mostrar cómo las políticas de Israel continuarán siendo un modelo para Occidente y cómo la "experiencia" de Israel en la represión de la población palestina puede ser replicadaen el momento en que otros países reprimen a sus propias poblaciones que resisten el racismo, el desplazamiento, el robo de tierras y la explotación.

Los funcionarios israelíes fueron de los primeros en sugerir que los ataques harían que Israel fuera más útil para Occidente. Tal como dijo Netanyahu "Muchos países de todo el mundo vienen a aprender de nuestra experiencia en la lucha contra el terrorismo y su número crece todos los días". Explicó que "el terror" se deriva de "la esperanza de Dáesh -un grupo terrorista- de establecer un califato musulmán en toda Europa y la esperanza de los terroristas palestinos de establecer un estado palestino en todo Israel". De esta manera, este dirigente sugirió un falso enlace entre Dáesh y la lucha palestina. Pero simplemente no existe ese vínculo entre Dáesh y la lucha de liberación anticolonial de los palestinos, que han utilizado una variedad de tácticas a lo largo de los años en su lucha por la autodeterminación.

Mientras tanto, y sin que se menciones, hay un vínculo claro entre Europa, los EE.UU. e Israel: más de un siglo de la colonización europea, la dominación económica y militar de Estados Unidos y la ocupación y colonización sionista sobre las espaldas de los pueblos y tierras -en su mayoría árabes y musulmanes -.

Por otra parte las palabras de Netanyahu muestran que los sionistas son algunos de los principales productores de la islamofobia. No son sólo los funcionarios del Estado de Israel. El “Proyecto David”, financiado por las inversiones de Seth Klarman y Sheldon Adelson, así como los herederos de la fortuna petrolera Carnegie, que también se invirtió en el ataque al activismo en apoyo de Palestina en los EE.UU. y en la difusión de la islamofobia. Ellos apoyan e invierten fuertemente en petróleo, armas y casinos. Se benefician en gran medida de las guerras de Estados Unidos de desestabilización del Medio Oriente y de la continua decadencia económica interna.

Paralelamente, las corporaciones israelíes –creadas sobre la base de la industria de defensa de Estados Unidos- están utilizando estos ataques para tratar de vender su experiencia en la represión interna a Europa. Este continente está bloqueando cada vez más fuertemente sus fronteras y formula políticas cada vez más hostiles a los refugiados de las guerras en África, Irak, Siria y Afganistán.

Para tomar un ejemplo, el director general de la Asociación de Seguridad de Israel es un exfuncionario del Gobierno israelí. Ahora ofrece "servicios de seguridad" a 105 empresas y oficinas gubernamentales. Él mismo llamó a establecer un "sistema de perfiles" a lo largo de las líneas sionistas que podría implementarse en todo el mundo. El sistema de seguridad en el aeropuerto de Israel y el puente Allenby es notorio por tener como objetivos de focalización a los musulmanes, árabes y por supuesto también a los judíos de piel más oscura de Asia y África.

También han participado otras partes de la red de contragolpes. El presidente del Comité Judío Americano, creado entre otros por la Fundación Becker, que invierte en la economía israelí, así como las empresas de minería y aeroespaciales con sede en EE.UU., sugirió que los ataques están vinculados a "amenazas al compromiso de Europa con la protección de la dignidad humana, incluyendo el aumento del antisemitismo y la amenaza que supone no sólo para los judíos, sino también para la estructura de la democracia misma". Este personaje llamó a Europa a “afrontar y superar el peligro". Parte de eso sería implicarse en un creciente "contraterrorismo" coordinado entre la UE, Israel y los Estados Unidos. Claramente esta coordinación implicaría contratos lucrativos para los EE.UU. y las empresas israelíes que tratan de venderse como expertos mundiales en lo que llaman "lucha contra el terrorismo", y otras empresas, como la aeroespacial, cuyos beneficios aumentan con más guerra.

Por supuesto, tales "luchas contra el terrorismo" son en realidad la supresión de la lucha anticolonial del pueblo palestino, la guerra asimétrica contra los grupos de resistencia como Hizbulá y la militarización en la entrada del país.

Estos programas y posiciones políticas de Israel están en la primera línea del racismo occidental y la hacen, junto a sus funcionarios, un vehículo ideal para justificar y fortalecer la agenda de sus aliados en la región, en Estados Unidos y en Europa. La lucha contra el sionismo es la lucha contra la colonización de Palestina. También es una lucha contra todas las instituciones y redes que suscriben y propagan la ideología sionista y la islamofobia en los EE.UU., Europa y otros lugares, incluyendo el Comité Judío Americano, el “Proyecto David”, y otros. También dejan claro que la lucha contra el sionismo, que incluye las campañas BDS, es parte de la lucha contra el racismo, como es la lucha contra la islamofobia, ya que el sionismo y la islamofobia son financiados y promovidos por las mismas instituciones e inversores. Israel es un componente crucial del racismo y el colonialismo occidental mundial, lo que convalida la lucha contra él.

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